CONSERVACIÓN, CON DESARROLLO LOCAL
......la gestión de la biodiversidad y la conservación en áreas protegidas es una herramienta poderosa para mantener los ecosistemas que aún nos quedan....
A los 21 años de edad, tuve mi primera experiencia de contacto y trabajo con los hermanos indígenas Asháninkas del VRAEM, donde su principal problema eran los invasores de terrenos que deforestaron para sembrar maní y donde aún se podía encontrar caoba, cedro y otras especies de árboles que hoy, prácticamente han desaparecido de la Amazonía.
Así aprendí a conocer su cultura, sus sueños, sus problemas, pero también aprendí a respetarlos, a confiar en ellos y a valorar su enorme sabiduría sobre sus territorios y de la biodiversidad que habitaba allí, de hecho, fue una de las mejores clases de ecología que tuve justo en mis tiempos de estudiante de Biología, con extraordinarios profesores indígenas, de quienes hasta ahora sigo aprendiendo de su sabiduría y su respeto por la naturaleza.
Muchos años después, habiendo trajinado por muchos lugares de la Amazonía y habiendo conocido más hermanos indígenas de diferentes etnias, mi respeto hacia ellos como personas con derechos como todos nosotros y mi valoración a su cultura y conocimiento ancestral creció, por ello, junto con otras personas que coincidimos en temas de conservación, decidimos apoyar a las comunidades indígenas que ya habían avanzado en la búsqueda de mejorar la situación en sus territorios y en especial a mejorar la calidad de vida de sus familias a través de la reservas comunales, donde hasta algunos años atrás, la cogestión era una novedosa manera de administrar un área, pero que, lamentablemente, todavía teórica en aquellos momentos y sin recursos para los Ejecutores de Contrato (ECA) que representaban a las comunidades asociadas.
Desde nuestra organización Desarrollo Rural Sustentable (DRIS), pensamos que esta era una oportunidad para ayudarlos a que logren avanzar hacia sus metas de mejorar el futuro de sus comunidades y territorios, hoy amenazados seriamente, desde las actividades ilícitas como la siembra de coca, la tala del bosque, la minería ilegal, como también la invasión de sus terrenos, muchas veces alentados por el poder político local, regional, nacional y hasta internacional.
En ese contexto, junto a ellos como verdaderos socios y liderando ellos con decisión las iniciativas, como ECA y organizados en la Asociación Nacional de Ejecutores de Contrato de la Reservas Comunales del Perú (ANECAP), empezamos un trabajo que ya comienza a mostrar muchos logros en la reservas comunales que los posiciona como organizaciones indígenas propositivas y estratégicas.
El camino no ha sido fácil para ellos, debido a la incomprensión del modelo de cogestión, que en la base está la subvaloración de las capacidades y el conocimiento que tienen los hermanos indígenas, de allí que el paternalismo, asistencialismo y el utilitarismo hayan sido la clara expresión de esa subvaloración inaceptable, que ha generado mucha desconfianza en los pueblos indígenas (PPII), por lo que recogemos la potente mirada de ANECAP, que señala, que los PPII deben ser considerados socios y dejar de lado la mirada paternalista de considerarlos solo beneficiarios.
En el transcurso de esta alentadora experiencia con los hermanos de las ECA y las reservas comunales, decidimos participar en el concurso de méritos para el Contrato de Administración del Parque Nacional Yanachaga Chemillén (PNYCH) y el Bosque de Protección San Matías San Carlos (BPSMSC), que el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (SERNANP), abrió en el segundo trimestre de este año, para esto, tuvimos que desarrollar un proceso de diálogo, información y decisión participativa entre los tres socios, en especial en la Asociación de Nacionalidades Asháninkas del Valle Pichis (ANAP) y la Asociación para el Manejo y Conservación de la Reserva Comunal Yanesha (AMARCY) que tuvieron que realizar las consultas y asambleas que les permitieran participar en un Consorcio como ahora es Kowen Antami “Hermoso Bosque”, nombre que surge del diálogo e iniciativa de nuestros socios indígenas que sugirieron juntar una palabra Yanesha (Kowen=Hermoso) y una Ashaninka (Antami=Bosque), de tal manera que el nombre represente sus culturas y el gran objetivo de conservar el bosque con toda la hermosura de biodiversidad que alberga.
El 10 de julio de este año, se nos otorgó la buena pro con la Resolución Directoral N°169-2023-SERNANP-DGANP, al haber obtenido 95 puntos sobre 100, suscribiéndose el Contrato de Administración el 09 de noviembre del presente año. El ámbito de intervención del PNYCH, BPSMSC y sus zonas de amortiguamiento y paisajes asociados, se ubican en la Provincia de Oxapampa y sus Distritos de Chontabamba, Huancabamba, Palcazú, Pozuzo, Puerto Bermúdez, Villa Rica y Constitución.
La propuesta Técnica Financiera de nuestro consorcio, tiene una mirada de paisaje, pues busca articular al conjunto del territorio al PNYCH y BPSMSC, donde además existen otras ANP, como la Reserva Comunal Yanesha y la Reserva Comunal el Sira, con quienes se comparten elementos de conservación como ecosistemas, especies y se integran en una matriz de conectividad y con cuyos Ejecutores de Contrato se tienen coordinaciones en esta perspectiva.
Lo relevante en esta nueva experiencia de conservación, es la intervención desde la cogestión, que, ya no sólo involucra al estado (SERNANP) y una ONG, sino que además, incluye como socios a organizaciones indígenas en categorías de ANP que no son reservas comunales, marcando un reto histórico, abriendo una nueva oportunidad de construir otra manera de hacer conservación en el país, que desde el compromiso de las organizaciones indígenas como administradores en sociedad con una organización de desarrollo, puedan convocar a todos los sectores sociales y económicos de la provincia y la región, al esfuerzo de hacer viable la conservación de sus áreas naturales, impulsando juntos el desarrollo local sostenible, que mejore la calidad de vida de las comunidades indígenas, la población local y el desarrollo económicos de todos.
Pienso, que la gestión de la biodiversidad y la conservación en áreas protegidas es una herramienta poderosa para mantener los ecosistemas que aún nos quedan, de los cuales vamos depender en los próximos años para la existencia de todos los seres vivos, en particular de la especie humana, que es parte de la naturaleza, mucho más en el marco de un cambio climático galopante y ante la incesante voracidad de las actividades humanas que no dejan de degradar, contaminar y reducir lo que nos queda aún de naturaleza, que hasta ahora ha sido conservado principalmente en territorios indígenas y en ANP.
Asumir el reto de gerente del Contrato de Administración del Parque Nacional Yanachaga Chemillén y el Bosque de Protección San Matías San Carlos junto a mis hermanos indígenas, es un honor y una gran responsabilidad, que me impulsa a poner mis mejores esfuerzos, pero también de mi experiencia y la de todos los que nos acompañarán en esta nueva aventura y reto de nuestras vidas.
(*) Biólogo, ex jefe del SERNANP, Gerente del Contrato de Administración del PNYCH y BPSMSC por el Consosrcio Kowen Antami.